LA PREHISTORIA

    Sabemos, por los restos arqueológicos, que durante la Prehistoria se desarrolla en los seres humanos el sentimiento religioso. Se han encontrado templos y tumbas, lo que demuestran que aquellos hombres y mujeres tenían creencias espirituales.  Suponemos que adoraban algún dios o dioses, que tenían sacerdotes y realizaban rituales. Pero no sabemos en qué creían ni a que dioses rezaban. No podemos conocer las religiones de las culturas prehistóricas porque no dejaron restos escritos que hablaran de sus creencias, pero si nos dejaron grandes construcciones como Stonehenge o New Grange, en Gran Bretaña,

 

   

MESOPOTAMIA

         La primera religión de la que tenemos constancia, gracias a la escritura, se desarrolla en Mesopotamia, uno de los lugares dónde comienza la civilización y la historia. Las ciudades-estado de Mesopotamia erigieron grandes templos, y tenían muchos dioses a los que rendían culto. Los reyes de estas ciudades eran también sacerdotes y el templo era el centro de la vida económica de las ciudades. Gracias a sus textos podemos conocer sus dioses, su mitología, sus festivales religiosos y sus costrumbres y creencias. 

 

 

EGIPTO

 

Una de las grandes civilizaciones de la antiguedad fue la egipcia. De esta cultura tenemos la idea, y la imagen, de las pirámides, los faraones y los templos; del desierto y el rio Nilo, de los jeroglíficos y la máscara de Tutankhamon. Pero, aunque apenas hubo cambios durante 3.000 años,  la religión egipcia es más dificil de conocer y comprender de lo que creemos.

LA RELIGIÓN EN GRECIA 

   

     El legado de la antigua Grecia ha sido la filosofía y el pensamiento racional. La religión no dominaba la vida de los griegos como la de los egipcios, por ello lo más relevante para nosotros es el aspecto artístico de su religión: los templos, las esculturas y la mitología.

 

    Los griegos, al igual que la mayoría de los pueblos de la antigüedad, eran politeístas. Tenían infinidad de dioses que representaban las fuerzas de la naturaleza, pero también les dieron forma humana (antropomorfismo) y les adjudicaron virtudes y defectos de las personas. Estos dioses no tenían un objetivo ético ni moral de la realidad. Tan sólo se diferenciaban de los hombres por su carácter inmortal, y porque no sufrían la miseria, las enfermedades y la vejez. Los dioses podían concebir hijos con los humanos, dando nacimiento a los héroes, que eran semidioses, y realizaban hazañas que excedían las que pudiera hacer cualquier mortal. También se les adoraba después de su muerte. El héroe más conocido es Hércules. En sus orígenes, el culto a los héroes se basaba en el que se ofrecía a los antepasados de cada tribu.

    Los dioses principales del panteón griego eran los olímpicos, a quienes todos los helenos les rendían culto. y que son una superposición de mitos procedentes de distintas culturas, que reflejan los distintos pueblos que dieron lugar a Grecia. Además, cada polis tenía sus propios dioses.

    Los dioses del Olimpo se llamaron así porque habitaban en la cima del Monte Olimpo, el más alto de Grecia. Allí, en la cima del Olimpo tenían su palacio los doce dioses más importantes de los griegos. Estos, caprichosos y peleadores, manejaban a su antojo la vida de los hombres, interfiriendo en sus vidas y tomando partido por uno u otro.

    A diferencia de las religiones monoteístas, en que hay un solo Dios, una palabra revelada y un culto organizado mediante distintos ritos, a los dioses griegos los conocemos a través de la Iliada, la Odisea, la teogonía de Hesiodo, de Eudemo etc.

LA RELIGIÓN EN ROMA 

  

      Los romanos tenían dioses para toda la comunidad, que representaban el culto oficial y dioses privados, pertenecientes a cada familia en particular, ya que cada una de ellas era una unidad política, económica y religiosa.

Dentro de los dioses familiares estaban los lares o dioses del hogar que lo custodiaban y estaban siempre en él. Cuando la mujer, extraña a la familia se incorporaba mediante el matrimonio, y antes de realizar el ritual de tomar los dioses del marido ante el fuego sagrado, el reciente esposo la cargaba en sus brazos para atravesar el umbral, para que los dioses que allí moraban no se enojaran, ya que ella aún conservaba sus propios dioses familiares. Las habitaciones de la casa daban a un patio, llamado atrio, donde en una capilla se les rendía homenaje. El fuego sagrado, siempre encendido, era símbolo de devoción y respeto. A cargo de la religión familiar se hallaba el paterfamilias. Los penates, representados por dos jóvenes que sostenían el cuerno de la abundancia, protegían las pertenencias materiales de los miembros del grupo familiar. Los manes eran los antepasados muertos, a quienes cada familia ofrecía rituales particulares.

    Cuando se produjo la conquista de Grecia, los romanos tomaron como propios los dioses griegos a quienes cambiaron la denominación, a excepción de Apolo que continuó con el mismo nombre. La tríada oficial estaba integrada por tres dioses de origen indoeuropeo Júpiter, Juno y Minerva, representados con forma humana (antropomorfismo).También  había dioses que representaban a las fuerzas de la naturaleza, llamados númenes a quienes se les rendía culto en los campos, cuevas y bosques.

Los sacerdotes no se dedicaban sólo a la función religiosa, sino que eran aristócratas que además desempeñaban las magistraturas o cargos militares. El personaje dominante de la religión estatal, era el Pontífice Máximo. Entre los más destacados sacerdotes, pueden mencionarse, a los Pontífices. Su función era fundamentalmente jurídica, brindando asesoramiento legal y supervisando las fiestas estatales y el calendario.

    Los augures se encargaban de consultar la voluntad de los dioses, para saber si un día era apto o no, para realizar alguna acción (fasto o nefasto). Para comprender esta situación observaban ciertos signos de los animales, como el apetito de los pollos sagrados o el vuelo de las aves.

    Los auríspices, cumplían la misma función de adivinación que los augures, pero la consulta a los dioses la hacían a través de las entrañas de los animales sacrificados, costumbre heredada de los etruscos

    Las vestales eran sacerdotisas consagradas al culto de la diosa Vesta. Ingresaban a los 16 años, y durante 10 años se desempeñaban como aprendices, luego ejercían la función de cuidar el fuego sagrado durante 10 años y luego pasaban otros 10, enseñando a las novicias. Durante su desempeño realizaban voto de castidad, que si no era cumplido, eran quemadas vivas. Debían limpiar el templo de Vesta los días 24 de marzo, 24 de mayo y 16 de junio de cada año.

LA RELIGIÓN EN EL MUNDO CELTA

 

    Los pueblos celtas no dejaron una historia escrita, y nunca alcanzaron la unidad política. Eran tribus independientes que no crearon un imperio como los romanos, ni siquiera un país como los griegos o los egipcios. Tampoco construyeron grandes templos, y sus “ciudades” eran poco más que aldeas fortificadas. Sin embargo había algo que los unía, la religión y sus sacerdotes, los druidas.

 

    Los celtas han permanecido hasta la actualidad impenetrables y misteriosos,  como los bosques en los que adoraban a sus dioses. Consideraban sagrados los ríos y los bosques. Los druidas pensaban que la escritura mataba el espíritu vivo del conocimiento, por eso no escribieron sobre sus creencias, costumbres y conocimientos. Los druidas transmitían su historia oralmente, a través de canciones y poesías, mitos y leyendas. Viajaban continuamente conservando y transmitiendo las creencias y la cultura entre todas las tribus celtas. El mundo espiritual celta era muy complejo, y los conocimientos de los druidas eran secretos. Resulta muy difícil descubrir en su poesía cuáles eran esas creencias, pero sabemos que la idea fundamental era que creían en la vida después de la muerte. Para los celtas la vida continuaba en el otro mundo con las mismas características que en este: el muerto se encontraría con su familia, amigos, esclavos; tendría el mismo cuerpo y ocuparía la misma posición social que en vida. Entendían la muerte como una frontera en medio de la existencia, por lo que creían en la posibilidad de comunicación entre ambos lados de la misma, entre los vivos y los muertos, aunque con ciertas limitaciones.

 

    Otra de las creencias fundamentales de la religión druídica es la unidad de toda la naturaleza, el “panteísmo”, porque todo forma parte de la divinidad. Una de las capacidades atribuidas a los druidas es la de poder cambiar su apariencia, adoptando la de otros hombre o animales

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Para saber más

 

Las religiones de Mesopotamia

 

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